Protagonizada por una jovencísima Ángela Molina, junto a María Luisa Ponte, y dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón, esta película es una metáfora de los peligros que tuvo el desarrollo de la Transición española. Tatín es un joven de quince años que entra a formar parte de un grupo clandestino de activistas falangistas, liderado por una madre fanática y violenta.