A raíz de la muerte en un accidente de su único hijo, Rita y Alfred viven dominados por los remordimientos. Su sentimiento de culpa los lleva a reconocer que han vivido tan obsesionados con sus pequeñas y egoístas necesidades que olvidaron amar a su hijo. Esa dolorosa verdad los persigue y tortura sin tregua. Rita y Alfred deben encontrar el modo de perdonarse a sí mismos para no destruirse mutuamente.