El 12 de abril de 1993, un destino fatal reunió a dos viejos amigos que no se veían desde hacía años en un bar de Vallecas. Tanto a Antonio como a Cirilo las cosas les iban mal y se dedicaron a recorrer las tabernas recordando los viejos tiempos. Completamente borrachos, fueron a parar a una zona residencial, donde, de repente, decidieron secuestrar a una muchacha que hacía jogging por las calles de la urbanización. Un secuestro absurdo, totalmente improvisado...