Una joya desconocida de nuestro cine y una película a reivindicar, protagonizada por Juanito Valderrama, huyendo de su personaje cliché, y por Manuel San Francisco, ambos dirigidos por Joaquín Bollo Muro. Manuel llega a Madrid con la ilusión de ser torero. A su llegada conoce a Juan, un cantaor cincuentón arruinado que ayudará al muchacho a torear en la finca de un famoso empresario.