La única película que Adolfo Marsillach firmó como director, protagonizada por Eliana de Santis, Ismael Merlo y Antonio Casas, adaptación de la novela de Valle Inclán. En el siglo XIX, un peregrino, del que todos sospechan por su apariencia, viola a una campesina en un establo. Todo el pueblo le cree un enviado de Satanás y se conjura para darle muerte.