La segunda película del gran cantante Antonio Molina, junto a Rafael Durán y Delia Luna, dirigida por Luis Lucia. Un minero es feliz cantando. Pese a que su mujer es invalida, su cante alegra al resto de la cuadrilla y hace más llevadero el duro trabajo. Pero un promotor le ofrece un suculento contrato que le alejaría de la mina, de sus amigos y de su mujer.