Una reivindicable comedia negra, y la única película de su director, José María Carreño, protagonizada por Miguel Rellán, José Sazatornil y Juan Diego Botto. Adolfo decide visitar a un antiguo profesor sacerdote, porque necesita que sea él quien lo confiese. De esta manera, le revela que lleva toda su vida haciendo lo imposible por apartar a las ovejas negras del camino de los hombres justos.