Un tranquilo día de verano en el campo dos hombres beben vino mientras charlan y juegan a las cartas. El tiempo pasa, baja el sol en el horizonte y ellos están cada vez más borrachos, más eufóricos, más concentrados en su partida: ahora están dispuestos a jugarse todo su dinero a una última carta. Parecen haberse olvidado de que muy cerca de allí algo terrible está a punto de suceder.