Segundo largometraje de Juan de Orduña, con Alfredo Mayo y Luis Peña, en dos papeles que marcaron los años cuarenta. Película que se convirtió en un auténtico clásico popular al exaltar los valores de la amistad y el compañerismo, sin depender de las circunstancias, que muestra la amistad entre dos soldados, ‘El Grajo’ y Mauro, en un clima de suspense.