Una película inolvidable de Edgar Neville, con Manuel Luna, Mary Delgado y Antonia Plana, que consigue unir la herencia del cine negro americano con un ambiente castizo y madrileño. Una mujer adinerada aparece muerta y las conjeturas recaen sobre tres personas. Las investigaciones llevan a tres sospechosos: la criada, el pretendiente vividor y una vendedora de lotería.