La segunda parte de unas de las películas más icónicas del cine negro español, protagonizada por Alfredo Landa, junto a María Casanova y Miguel Rellán y dirigida por José Luis Garci. Germán Areta empieza a investigar a un hombre que acaba de abandonar a su amante. Poco después, ambos aparecen muertos. Parece un crimen pasional, pero Areta prefiere seguir investigando.