Clara y David tienen planeada una vida perfecta: trabajar juntos en su tasca La reina de tapas hasta hacerse mayores, retirarse a una casita en la playa y disfrutar de su compañía, de su amor y de un par de perros husky. Todos los planes se van al garete cuando Clara sufre un desmayo y le diagnostican un tumor cerebral. David, para proteger a Clara, no le cuenta nada de lo que pone el informe médico pero sí se lo dice a su padre Manuel y a sus amigos Álex y Yenia con los que trabaja en La Reina de Tapas.