La película que lanzó a Estrellita Castro, junto a Roberto Rey y Miguel Ligero, fue dirigida por Benito Perojo en Berlín. Fígaro, barbero de Sevilla, hace de mensajero y celestino en los amores entre el conde de Almaviva y la bella Rosina, a la que su tío no deja a sol ni a sombra por miedo a que el conde la lleve por el mal camino.