Juan, aunque esté mal el decirlo, es un calzonazos. Dominado por su mujer, por su cuñada Ricarda, por su hija, hasta por Bautista, el mayordomo, apenas se atreve a levantar la voz en su casa. Pese a que sus negocios marchan de mal en peor, ha de mantener el costoso tren de vida de la familia, a costa de preocupaciones, apuros y jaquecas. La última imposición familiar es la proyectada boda de Regina, su hija, con el primogénito de Héctor Goizueta, un vividor sin escrúpulos que anda sólo tras los supuestos millones de Juan. En estas circunstancias, al borde de la desesperación, el doctor Izquierdo, amigo y médico de cabecera de Juan, da a éste la mejor receta para salvar su situación: debe hacerse pasar por loco ante su familia con el fin de que amedrentados por su fingida esquizofrenia, le obedezcan, no se atrevan a contradecirle y acaten sus decisiones sin rechistar. Lo primero que decide Juan es echar de su casa a los Goizueta. Luego, arrojará también a la calle a su cuñada Ricarda y al vago de su niño, que estaban viviendo a sus expensas. Hasta reverdecerá una nueva luna de miel de Juan y su esposa... Pero la familia, asustada y perjudicada por la política de saneamiento económico y moral que impone este nuevo Juan, al que no se le puede llevar la contraria, intenta recluir al presunto loco en un sanatorio...