Una película protagonizada por Antonio Resines y Óscar Ladoire que le dio la vuelta a la comedia madrileña, añadiéndole intriga y violencia. Un hombre solitario únicamente sale de su casa para ir al videoclub a alquilar películas. Pero los continuos gritos y discusiones de los vecinos interrumpen siempre sus rituales cotidianos, hasta que un día se decide a intervenir.