Natalia lo tiene todo: un buen marido, un magnífico chalet y además, espera un hijo. Después de mucho tiempo sin verse, decide reunirse con su hermana Elena, a quien las cosas no le van muy bien. El mayor deseo de Elena es ser madre e, inesperadamente, durante el fin de semana que pasa en el chalet de Natalia, descubre que también está embarazada. Una situación que los llena a todos de felicidad.