Berlanga son sus actores, reincidentes en la mayoría de los casos, y su dominio técnico del plano secuencia, tan característico de su cine. Sus películas son siempre la historia de un fracaso, pero están llenas de ternura, la ternura que él mismo profesaba a sus personajes. Tampoco podemos olvidar su gran sentido del humor, un elemento que atraviesa toda su filmografía. José Luis García Berlanga dirige este sincero homenaje a su padre, de una enorme sensibilidad y capaz de transmitir un profundo amor por el cine. Como concluye la voz en off del documental, “si la vida no es como en las películas, las películas de Berlanga sí son como la vida”.