No hay grandes triunfadores, porque ésta no es la historia de una frenética carrera por las autopistas del éxito, sino la de un apacible paseo a través de unas tierras y unas gentes que sueñan y sufren. Y las tierras son las de Extremadura. La música y la voz de Luís saben a tierra y a agua fresca. Por eso no necesita focos, ni escaparates donde venderse. Por eso está siempre dispuesto a cantar allí donde se lo pidan.