La pandilla sigue decidida a criar al bebé por su cuenta, pero ante las primeras complicaciones de salud su secreto corre peligro. Cuando los familiares se enteran por fin de su existencia, les quitan al niño y lo llevan a un orfanato de monjas. Pero los chicos y las chicas organizan un plan para recuperarlo, sea como sea, ya que como no dejan de insistir todos: "¡El niño es nuestro!".