La última película de La Cuadrilla, protagonizada por Manuel Manquiña y Ramón Barea, una auténtica comedia negra en la que un timador de poca monta se ve envuelto en el timo de su vida: ser presidente del gobierno. Su falta de escrúpulos le convierten en un candidato idóneo para un grupo de banqueros que buscan una buena imagen pública tras la que esconderse y disfrazar sus ambiciones.